Creo que lo más difícil de nuestra estrategia, es empezarla. Muy poca gente acepta tener que pasar 20 o 25 años (incluso más) invirtiendo para su futuro. Nos han enseñado en la cultura del corto plazo, y dedicar esfuerzos presentes para unos hipotéticos beneficios futuros no parece algo que todos acepten de buena gana.

Una vez iniciado el camino, nos encontramos con que invertimos “mucho” y recibimos “muy poco”. A veces cuando me preguntan:

“¿Y sólo ganas 800€ al año con 18.000€ invertidos? Para eso prefiero gastarlos”

Pues bien, del 2013 a hoy van ya 4 años invirtiendo en mi futuro, en la búsqueda de ese hipotético beneficio.

Al principio, y como nos habrá pasado a muchos, empiezas muy motivado, pero cuando empiezas a darte cuenta de lo lento que avanzas, la moral empieza a decaer. En estos 4 años tienes rachas en las que empiezas a dudar si al final todo esto merece la pena. ¿Pasarme ahorrando la mitad de mi vida para intentar conseguir algo que ni siquiera sabremos si será real?

Lo cierto es que visto así, no parece demasiado apetecible. Pero el ser humano busca siempre mejorar su situación, o al menos, algunos lo intentamos. Somos muchos los que hemos empezado este camino, los que van delante por suerte van guiando a los que vamos detrás, enseñándonos que hay si existe salida en el túnel, aunque el sendero no sea fácil.

Compañeros como Roberto Carlos, DanieIF, Gregorio, Arturo o Josan nos hacen auténticos regalos con su sabiduría. Lo cierto es que yo también me pregunto cuándo llegará mi momento, o al menos, el momento en el que todos coinciden que todo esto se convierte en una bola de nieve que es imposible parar.

Pues bien, hoy he estado un rato echando cuentas, aunque no son las cuentas que a todos nos gustaría ver aplicadas en nuestra cartera en la que con casi cualquier escenario, en 20 años seremos ricos. Son unas cuentas sencillas, para intentar vislumbrar el próximo tramo inversor que me espera.

Usando la media obtenida del 2013 a hoy, voy a proyectar los datos al futuro, e intentar resolver si realmente algún día empezará el efecto “bola de nieve”.

Voy a tomar como referencia un incremento anual de 3300€ en la cartera de dinero propio más la re inversión total de dividendos. Respecto a la rentabilidad por dividendo, voy a tomar mi YOC actual, un 5%. El resto de datos ya lo sabéis, 16500€ invertidos y 820€ anuales en dividendos.

Empecemos:

  • En el año 2018, terminaré con 20625€ en cartera, cobrando 1031€ en dividendos. Esto quiere decir, que voy un 31% más rápido.
  • En el año 2019, serán 24956€ en cartera, con unos dividendos de 1247€. La velocidad aumenta un 37%.
  • Si sigo pasando los años, en el año 2021 es cuando parece empezar la bola de nieve, puesto que mi cartera será de 34279€ y los dividendos 1713€. Ahora el efecto bola de nieve me hace ir un 52% más rápido, y es en este punto cuando empieza a notarse realmente. Es decir, en 2021 yo seguiré invirtiendo 3300€ de mi bolsillo, pero ese año la cartera aumentará 5013€.
  • El siguiente año donde creo que se marca un antes y después en mi inversión, sería en 2026. Según los cálculos, ese año seguiría con mis 3300€ de inversión y los dividendos alcanzarían la cifra de 3100€, con lo que, a partir de este año, la velocidad se duplica.
  • El siguiente hito se produciría en 2031, momento en el que los dividendos son 1,5 veces la cantidad invertida, es decir, 4900€ en dividendos.

Las siguientes fechas importantes serían 2035, año en el que los dividendos son el doble que la cantidad aportada. El año 2041, donde ya estaríamos triplicando, en 2045 estaríamos hablando de que los dividendos son ya cuatro (4) veces mayores que el dinero aportado, y después de este momento, la velocidad se dispara ya que la cifra empieza a experimentar un aumento casi exponencial.

Lógicamente, cuanto más dinero inviertas al año, más dividendos cobrarás en el futuro, pero la bola de nieve es proporcional, con lo que todos experimentaremos lo mismo, cada uno adaptado a su capacidad inversora. También influye el YOC de cada uno. En el cálculo no he tenido en cuenta la inflación, pero tampoco he tenido en cuenta ningún aumento de dividendos, ha sido a un 5% constante, con lo que la inflación quedaría anulada. Los impuestos tampoco están incluidos, pero bastaría reducir el importe de los dividendos un 19% para tener una aproximación más cercana.

Como conclusión, creo que el momento bueno de una cartera, cuando empieza a dejarse ver el interés compuesto, sería al año 8, o al menos ese parece que va a ser mi año. Creo que no a todo el mundo le agradaría la idea de tener que esperar 8 años invirtiendo ciegamente para empezar a ver algo de luz.

Hasta que no pasen 4 años más, no podré experimentar este efecto, con lo que de momento tendré que conformarme con leer las experiencias de otros que ya lo han caminado. Creo que la espera al final tendrá una recompensa, ya que como dijo el maestro Warren Buffet:

“Alguien se sienta hoy en la sombra de un árbol que plantó hace mucho tiempo”

No queda otra que seguir el plan establecido y esperar. Un saludo a todos